Por J. M. Varona “Ché”
Siempre que se habla de Daniel Torres –uno de los grandes del tebeo español-, es obligatorio referirse a aquella Nueva Escuela Valenciana del Tebeo de la que –aparte de él- formaban parte profesionales de la talla de Calatayud, Sento, Micharmut, Mique Beltrán y Gimeno entre otros.
Daniel nació en Teresa de Cofrentes en 1958 pero terminó instalándose en Valencia en 1975 en donde inició sus estudios de Bellas Artes. Más adelante se vincula a “El Gat Pelat” una publicación que sirvió de base para el desarrollo de las nuevas ideas que dieron origen a la citada Nueva Escuela. En 1980 se incorpora a la revista “El Víbora” dando vida a su personaje Claudio Cueco, y en 1982, entra en Norma Editorial que le publica “Opium” que puede considerarse su primer gran éxito que le abre puertas en España y fuera de ella. En 1983 es puesto a la venta “Tritón” la primera entrega de las aventuras siderales de Roco Vargas, que es para muchos su personaje más emblemático. En ese mismo año, y para el mercado de habla francesa, se edita la versión de “El angel caído” y también “Sabotage” y más adelante, en 1984, “Babylone”. Puede decirse que en esos años –los ochenta-, son aprovechados por Torres para proyectarse en el exterior y termina siendo conocido, no solo en Francia, sino también en otros países como Japón, Alemania y los Estados Unidos en donde realiza “The Sandman” para DC Comics y una aventura de “The Spirit” con guión de Alan Moore.
De nuevo en España, Norma Editorial le publica “Del asesinato al Olimpo”, sin que por ello Daniel se olvide de otras editoriales repartidas por el mundo para las que igualmente hace cosas. Sigue con su actividad en los 90 en los que el autor continúa atreviéndose con la producción nacional e internacional y, en ese periodo, pone en escena la serie de dos volúmenes de “El octavo día” por cuyo primer tomo, el Salón Internacional del Cómic de Barcelona en 1983, le concede el premio a la Mejor Obra Española. De igual manera, por ese tiempo, el Ateneo Mercantil de Valencia es sede de una exposición con abundante material realizado pro Daniel Torres. En 1995 crea uno de sus personajes más conocidos “El dinosaurio Tom”.
Llegan los 2000 y la actividad de Daniel no baja y publica “Tom en París” y “Las aventuras de Tom 2”. Norma Editorial le edita en 2003 “El bosque oscuro” protagonizado por Roco Vargas. En 2004 da vida a “El juego de los dioses”, y en 2005, “Paseando con monstruos”, y ya en 2006, “La balada de Dry Martíni”. En el año 2007 sale al mercado un cómic dedicado a los 30 años de colaboración con Norma, y también en ese mismo, año la Galería Montcada de la Ciudad Condal le inaugura una exposición de acuarelas dedicada a la arquitectura de Barcelona y Nueva York ciudades que conoce muy bien. Vuelve con los cómics y en el 2008 elabora “Journey to Planet Knowledge” por encargo de la editorial norteamericana Think Work Press. En el 2008 realiza 13 episodios –serie de animación- de nuevos episodios de Tom el dinosaurio.
Lo último puesto en el mercado en el presente año -una vez más de la mano de Norma Editorial-, ha sido la novela gráfica titulada “Burbujas” “una obra que habla de lo más íntimo de las personas: sus sueños, su realidad, su vida”, y que según el autor, “surge de la necesidad de poner en un estado de ficción una perplejidad vital” del adulto, “que se da cuenta de que no hay respuesta a todas esas preguntas que se hacía cuando era joven”. El protagonista de la obra es Ramón Sánchez de 45 años, un hombre sumergido en un mar de confusiones por su particular situación en su puesto de trabajo y la extraña relación con su esposa e hijos que hablan un idioma diferente, que, tras sufrir un pinzamiento lumbar, aprovecha su tiempo de recuperación física para situarse delante de un acuario, y ante peces y burbujas, meditar y reflexionar sobre su vida; en particular sobre la época en la que era niño y se sentía feliz al lado de su tío el carpintero.
Cara al futuro Daniel Torres habla de una historia para una empresa de telecomunicación y algunas otras cosas, entre ellas, nuevos guiones de Roco Vargas.
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