Por J. M. Varona “Ché”
Desde tiempo atrás la dibujante Ana Miralles es conocida en nuestro mercado –también, y mucho, en el de habla francesa-, gracias a su importante obra que ha ido en aumento a partir de sus primeros dibujos allá por el año 1982; obra que ha sido reconocida recientemente con la concesión del Gran Premio a toda una trayectoria profesional, que le otorgó el Salón Internacional del Cómic de Barcelona en su última edición. Sobre el particular habrá que añadir que Ana es la primera mujer a quien se le ha concedido una distinción de esta categoría. Dentro del abundante bagaje elaborado por ella, son de sobra conocidas las exóticas aventuras de DJINN una serie en la que la autora sigue involucrada, aún así, Ana quiso hacer un alto en el camino para producir, junto a marido y compañero Emilio Ruiz –licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia que es quien aportó el guión-, algo nuevo; algo personal que una vez acabado titularon “De mano en mano”, y que ha sido editado en nuestro país por Ediciones de Ponent, versión española de la obra aparecida el pasado año en Francia, “Mano en Mano”, que fue producida y puesta en escena por Dargaud.
El nuevo álbum fue presentado días pasados en la Librería especializada Futurama, y en el acto estuvieron presentes los autores, y también Nuria Vera en representación de la Librería, Álvaro Pons especialista y crítico de cómic, otros profesionales, medios de comunicación y público aficionado. Al citado acto no pudo acudir el responsable de Ponent Paco Camarasa debido a un contratiempo de última hora. Al final tuvo lugar la correspondiente sesión de firmas.
La acción de la obra se desarrolla en una ciudad cualquiera, pero que a poco que nos fijemos –Avenida del Oeste, Mercado Central, Plaza de la Virgen etc.-, podemos descubrir que esa ciudad es Valencia. En ella se cuenta la historia de un billete de 20 euros -que en un momento dado sirvió a alguien de “canuto”- que como falsa “monea”, como dice la vieja copla, va de mano en mano sin que nadie de los 17 individuos de todo tipo y de diferentes estratos sociales que lo posee –limpiadoras. recogecartones, cajeras, vigilantes, farmacéuticos, zapateros, taxistas, prostitutas, banqueros etc.- por un determinado tiempo, termine por quedárselo definitivamente. Con este ir y venir del billete se han construido, a través de 48 páginas, unos relatos, -que pertenecen a la vida real en las que se destaca la parte más humana, no exenta de poesía-, que cualquiera de nosotros podían haber vivido en cualquier momento con gentes con las que nos tropezamos cada día por nuestras calles, o en cualquier lugar; gentes muy normales que no suelen aparecer en historias, cuyos protagonistas reales no tuvieron inconveniente en contar lo suyo, y que esto, lo suyo, pudiera ser contado. Ana y Emilio dijeron que a los primeros a los que les gustó este último cómic, fueron a ellos mismos.
Sobre este asunto, Ana y Emilio comentaron que llevaban bastante tiempo acariciando la idea del álbum hasta que tuvieron tiempo para desarrollarlo, tarea que para ellos –dibujante y guionista que al final han presentado un gran trabajo- ha resultado más fácil gracias a su condición de pareja lo que ha permitido una relación más fluida por la proximidad. No obstante, la obra no se ha librado de ciertos inconvenientes ya que este proyecto se ha llevado dentro del tiempo de otro trabajo que llevaban entre manos, pero que al final, lo proyectado –hecho con entusiasmo y cariño-, terminó por ser una realidad con la que ambos se han sentido muy a gusto, y que para Ana, ha servido para aligerar el estilo en cierto modo diferente al utilizado en DJINN, menos suelto, aunque no por ello de peor calidad.
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