Por J. M. Varona “Ché”
En la tarde del 27 de Junio y en el salón de actos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, se celebró una mesa redonda que trató sobre el tema “El cómic del siglo XXI”, en la que participaron los comisarios de la exposición “Tecnología y cómic” Francesc Solé y Jordi Ojeda, igualmente Rodrigo Pérez profesor del departamento de dibujo de la UPV, Álvaro Pons crítico de tebeos y creador del blog La Cárcel de Papel, Sento Llobell dibujante y diseñador y Paco Roca conocido dibujante de tebeos.
Jordi Ojeda tomó la palabra en primer lugar comentando, que con motivo de la puesta en escena de la exposición “Tecnología y Cómic”, la Comisión de Cultura de la UPV les pidió (a él y a su compañero) que se involucraran en otras actividades paralelas y complementarias de la citada exposición; esto es lo que dio origen, entre otros, a la presente mesa redonda.
A partir del momento de la presentación, y como en el juego de la oca, fueron tomando la palabra los distintos invitados, empezando por Rodrigo Pérez para decirnos que todo apuntaba a que el cómic del presente siglo iba a seguir siendo el de toda la vida –el de siempre-, pero que otra cosa sería el soporte –para el que vaticinaba cambios radicales- de las nuevas tecnologías en el que éste tendría que apoyarse; motivo por el cual las pantallas flexibles iban a estar a la orden del día. Paco Roca nos indicó a continuación, que en eso de las nuevas tecnologías nadie sabe hasta donde podrá llegarse; llevamos unos cien años haciendo cómic ¿pero alguien imagina lo que pasará de aquí a otros cien años? Siguió manifestando que en la marcha actual del cómic, ha influido mucho la entrada en escena del manga, pero que aparte del de Japón, existen otros mundos: está el de la China, la India, el de Ibero América y el del continente africano entre otros, que podrán sorprendernos en un futuro próximo con sus nuevas propuestas. Después, Álvaro Pons sostuvo que existe una realidad desbordante que es Internet, que sorprende cada vez más por lo que allí se encuentra, y a través del cual podemos seguir, por ejemplo, la realización de un cómic en su justo momento, o disfrutar con la presencia de otro cómic, que alguien generosamente a través de la red, nos está traduciendo del coreano, del chino o del “suagili”, a una lengua más reconocible. Internet tiene la virtud de hacer fácil lo que para cada uno de nosotros, hubiese sido difícil de entender y/o resolver; algo auténticamente fascinante. Continuó diciendo que en los próximos años, veremos cosas que entenderemos como historieta; algo nacido del tebeo pero que no terminaremos de ver como tebeo. Lo que si está claro, es que lo que ahora tenemos se multiplicará por infinito; todo irá a más y mejor; en este aspecto, Álvaro es optimista.
Prosiguió Sento Llobel, el cual afirmó que también él era optimista en relación con la evolución de la industria del cómic, tal como la hemos conocido hasta ahora; él lleva veinte años en el oficio y no podía imaginar que las cosas iban a estar como están en este momento. Es optimista si, con relación a lo se haga en el futuro ¿pero como lo haremos para llegar a ello? Paco Roca tomó de nuevo la palabra para decir que entraremos en la dinámica de lo tridimensional; el cómic podrá evolucionar dentro de una especial mecánica en la que la secuencia narrativa, puede llegar a una situación en la que nos encontremos con falta de capacidad para entender lo que vaya saliendo; a pesar de ello, nos ayudará el saber que el contenido del cómic, continuará girando alrededor de lo que siempre ha estado presente en la vida: amor, odio, guerras, lucha por la existencia etc.; en resumen, seguirá en los temas que siempre ha preocupado a los humanos, lo que se hará extensivo a los robots, cuyo comportamiento será parecido al nuestro. Rodrigo Pérez habló de nuevo aseverando que considera al cómic como un producto que se tiene que vender –aunque, eso si, incorporando cada uno su técnica- de igual manera que se vende, por ejemplo, un coche; no hay que pensar solo que el cómic es un elemento artístico, si no también un producto que hay que colocar en el mercado. Tenemos que ver al cómic como industria, promocionándolo en función de su calidad (existen incluso webs para ello) y de nuestra capacidad para convencer al cliente que compra en un mercado tradicional. Rodrigo agregó que en este quehacer, el manga había entrado con fuerza y ya empezaba a “comerse” mercados de siempre, tal como el francés ¡tan chovinista, en el que no ha mucho tiempo, solo se consumía productos franceses! Álvaro apostilló que hablar de la importancia del manga era fundamental, en Francia ya suponía el 50% de la venta, y en Alemania ¡el 80!, pero también en España, Italia y en otros países de Europa y del resto del mundo, las cifras de venta eran importantes, incluso en los Estados Unidos paraíso de los superhéroes, el manga se está “colando”; las empresas niponas cada día venden más allí. Para Álvaro Pons, el que exista este tipo de tebeo no le molesta, pues el manga no deja de ser eso ¡un tebeo! que según él en nuestro país cada vez se ve más; en este momento, nos están vendiendo un centenar de series, en donde están representados todos los géneros ¡esa es su virtud!: aventura, terror, intriga, erótico, espacio exterior etc. El secreto está en el exotismo, ayudado, incluso por cursos de japonés al estilo manga. Sin duda este género está de moda, pero gracias a su mérito, ya que ofrece un paquete que otros no dan; los japoneses dibujan todo aquello que interesa al público. Si hay que hablar de deportes en general o de un determinado deporte en particular, se elabora un manga para ello. No se escapa nadie, ni siquiera los abuelos de la tercera edad para los que también se crean mangas. Sobre este particular, Sento agregó que el japonés, aparte de otras cosas, es muy disciplinado y Paco Roca reiteró que la del manga en Japón es una gran industria, la primera del mundo, que ellos se toman muy en serio y de forma diferente a como se la toman otros, por lo que da dinero, lo que permite que los dibujantes de allá puedan permitirse el lujo de tener incluso ayudantes. Rodrigo en este punto añadió, que en todo esto, es muy importante la respuesta del público. En Japón hay mucha gente que queda enganchada por un determinado personaje hasta el extremo que no le importa disfrazarse de él, y salir así a la calle sin que nadie se meta con su persona. Los japoneses no se paran en nada; si tienen crear un personaje que sea un panadero ¡lo crean! y lo que haga falta, recurriendo a todos los recursos estilísticos y narrativos de los que son capaces para enganchar; cosa que consiguen con facilidad pasmosa. Jordi Ojeda comentó que los mayores no leían tebeos, pero que ahora hay una generación que si lo hace y Álvaro Pons aseveró que cuando era pequeño soñaba con Mazinguer Z. Luego llegó Bola de Drag (Dragón Ball de Akira Toriyama) que al irrumpir en el momento justo, tuvo un notable éxito; llegaron otros, pero no todos tuvieron ese éxito.
Después de estas intervenciones y de otras, llegó la hora del público que preguntó si en esta situación los profesionales del mundo tenían que dejarse colonizar por el manga sin hacer nada. Rodrigo sostuvo que hasta cierto punto; tal vez la solución estuviese en la puesta en escena de un híbrido. Alvaro espetó que no se puede luchar contra los elementos, pero que si alguien no desea que se coman su terrero lo tiene claro: hacer cosas diferentes y con la suficiente calidad para que puedan interesar al público. Paco Roca volvió al tema del manga, afirmando que lo que le impresionaba de los maestros japoneses era la narrativa en la que prisa estaba desterrada, algo tan alejado de nuestra postura basada en la cultura en lo que prima es ir al grano. En un manga se puede ir pasando páginas hablando de como se toma una taza de té, sin cansarte; algo que impresiona. Recomienda contrastar culturas para escoger de ellas aquello que interesa. En España en su día entraron los héroes americanos; con el manga pasó igual (a nivel mundial está arrasando); ahora, el que se está publicando aquí, está más bien enfocado al mercado de los adolescentes. En Japón hay respeto hacia los gustos de los demás y nuestros chicos, entienden muy bien esto y también el que la gente pueda disfrazarse sin que nadie se moleste o critique por ello. También en Japón hay una gran producción (no hay que olvidar que es el primer mercado del tebeo del mundo) y eso ayuda a amortizar los gastos a la hora de trasladar lo suyo a otras partes del mundo; el precio es importante. Francia tiene productos muy cuidados, pero que no pueden llegar a todos por lo elevado de su coste. Después Álvaro contó que en España, el impacto de Internet no es tan fuerte como lo es en otros países; las cosas del cómic se conocen a través de webs particulares más que por otros medios. Y hablando de nuevo de superhéroes, cada vez se cuentan más historias para mayores, olvidándose del mercado de los adolescentes, lo que no es positivo; se tendría que ofertar tebeos dirigidos a los niños, a los adultos y también a esos adolescentes. Según contó Rodrigo Pérez, se hacen mangas para todos los públicos, en donde la gente común se ve reflejada, de ahí que sus lectores –lo de los mangas- no se apasionen por leer historias de superhéroes. Algo similar pasaba con los lectores de cómic europeo que sentían rechazo por esos superhéroes. A Rodrigo el cómic le seguía fascinando, ya que tiene algo por el que te puedes recrear en él, hasta revisando una simple viñeta; puedes detenerte delante de ella viendo como está realizado cada detalle, sin que influya en ello el origen de los dibujos. Para rematar las intervenciones, Alvaro Pons habló de la sinestesia que provoca la observación de un tebeo -aunque sea en blanco y negro-, que te lleva, incluso ante la ausencia de color, a ver, por ejemplo, el rojo de la capa de Superman; en virtud de ello, hasta puedes imaginar el entorno necesario que completa el contenido de cada viñeta. Sento Llobell terminó diciendo que el tebeo engancha porque cada uno de nosotros, termina por tener el control de lo que estás viendo.
Se habló de más cosas y hubieron más preguntas del público asistente, pero al final hubo que cortar para dar paso a la entrega de los premios: “I CERTAMEN DE VIÑETAS DE UN FUTURO VEROSIMIL: UNA ANTICIPACIÓN TECNOLÓGICA DEL 2050”, que fueron cuatro, y recayeron en:
-María Julia Cejas a la PROPUESTA MÁS CIENTÍFICA: “Inventar el mañana” a la que aparte, el jurado, hizo una mención especial por la calidad del trabajo presentado.
-Ricardo Manisclachi a la PROPUESTA MÁS DIVERTIDA: “Accidente doméstico”.
-José Manuel Camino al MEJOR DIBUJO: “Los híbridos están de moda”.
-Luis Núñez de Castro a la PROPUESTA MÁS ORIGINAL: “Inmobiliaria Harmful”.
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