Por J. M. Varona “Ché”
Desde un tiempo a esta parte el tebeo, historieta o cómic -que por todo ello se le conoce, se le está viendo cada vez más presente como objeto de cultura, en los diversos medios de comunicación y en las bibliotecas entre otros, y es porque el tebeo, la historieta o cómic, ahora interesa más a los ciudadanos de cualquier edad, y algo que es de interés del publico en general, es motivo de estudio, de lo que no se escapa ni siquiera la Universidad. Este es el caso por el que, recientemente, la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) en su sede de Valencia, haya impartido un curso titulado: El cómic: narrativa en imágenes, que ha estado dirigido por Luis Alberto de Cuenca, filólogo, poeta y profesor de investigación del Instituto de Filología CSIC que también, como ponente, habló del Cómic en general, teniendo a su lado como secretario, a Álvaro Pons profesor titular de la Universidad de Valencia, crítico de cómic (muy conocido en el mundo de la historieta por ser director de la web especializada “La cárcel de papel”) el cual intervino igualmente con una charla titulada Los cómics en España.
Otro de los componentes del equipo sobre el que recayó la responsabilidad del curso, fue el cineasta, crítico y escritor Jesús Cuadrado que disertó sobre La historieta española en las últimas décadas. Participaron asimismo, Lorenzo F. Díaz, Guionista, teórico, traductor y corrector de cómics que habló de El cómic de superhéroes. Otros de los profesores fue Jesús García Sierra “Yesus”, crítico de cómics de El Diario Montañés, director de la revista “Viñetas de ayer y hoy” que habló sobre La historieta en Europa. De igual manera tomó parte Francisco J. Naranjo, guionista y crítico de cómics que desarrolló el tema El manga japonés. Siguió la escritora Alicia Mariño, profesora titular de Filología Francesa (UNED) que llevó al estrado un asunto de mucha actualidad como fue el de Tintín en el centenario de su creador. Asimismo disertó sobre La edición de cómics en España, Jesús Moreno editor de Ediciones Sins Entido y el último en departir fue el dibujante de cómics Pedro Juan Riera “Pere Joan”, que atrajo la atención del alumnado con el asunto Mi visión personal de los cómics.
Al final, en la clausura, tuvo lugar la recapitulación anunciada con una mesa redonda en la que participaron Luis Alberto de Cuenca, Álvaro Pons y Jesús Cuadrado –los tres pilares del curso-, en la que intervinieron con sus preguntas y respuestas, no solo los profesores sino también los alumnos. Allí se trató de cómo el lenguaje del tebeo se forma de manera artesanal, y de cómo el dibujante se convierte en una especie de operario que pega historias que interesa contar, ayudado de personajillos, y de cómo el autor necesita crear un personaje con el que el lector pueda identificarse (Carpanta, Tintín, Capitán Trueno, Mortadelo). Un personaje del que el lector da por hecho que se lava, pero que nunca crece ni se cambia de ropa (quien no recuerda a un Pedrín o a un Crispin, siempre iguales y siempre jovencitos a pesar de los años pasados). Si ese personaje evolucionara, se crearía un conflicto y el autor tiene que pensar que debe regresar con su tebeo a la semana siguiente. El lector busca las historias en las que, de alguna forma, él se ve reflejado en el personaje; le gustan las aventuras que empiezan y acaban con cada álbum (esto no pasa en la novela en donde en general, el lector busca al que escribe y no al personaje). Hay que darle al que lee lo que no tiene, no lo que ya tiene
En el tebeo se refleja mejor la realidad: si se hace un coche, por ejemplo, se “fusila” el modelo; en él aparece hasta la marca, y si no que repasen los cuadernos de Tintín. En multitud de ocasiones el realizador de historietas, disfruta y aprende con lo que hacen otros profesionales; es como un regalo: el dibujante, se recrea en pequeños y grandes detalles que aparecen en el trabajo de los demás. Hay que aprender a ver y no solo a leer.
Una de las misiones del “comiquero” es la de oscurecer lo que está muy claro, y si algo está oscuro, aclararlo. Una misma escena puedes repetirla hasta la saciedad, pero de forma diferente y en diferentes estilos. Hay cosas que no son del gusto particular del autor, pero que terminas por sacarlas por respeto al lector, que si puede estar interesado en ellas. Existen otras que el autor plantea, solo, como proyecto de lucimiento personal.
Hay una teoría sobre la historieta –narrativa en imágenes- de la que se habla en 312 manuales publicados (con biografías incluidas), que no tenemos que confundir con el humorismo gráfico que es otra cosa. No hay un conocimiento directo de lo que es este medio, en el que es habitual familiarizarse con los objetos pasivos: los que escuchan, y los activos: los que hablan.
La historieta se conoce de forma superficial, aún así contagia el interés por entenderla, la cual une en pasiones y vicios entre otros, por que va más allá de un acto de entretenimiento intelectual. El tema es amplio y cada cosa que es amplia deja espacios en blanco.
Hay una perspectiva del dibujante del cómic moderno, pero también está la del dibujante del cómic clásico, en esto momento en revisión para bien de todos; existen iconos del mundo del tebeo que son irrenunciables; hay referentes inexcusables. Los años 30/40 fueron de la escuela franco-belga, los 50 del cómic americano (la historieta debe mucho al cómic-book). En los 50, 60 y parte de los 70 fue una época dorada del tebeo español. En los 80 se utilizaron nuevas formas. Hoy es otra cosa. También está el manga japonés que asimismo suscita pasiones.
Estos cursos sirven para acercar al aficionado y al neófito todavía más al cómic, pero hay lagunas que habrá que rellenar. Existe un deseo de que la cosa se repita, pero tocando temas monográficos que podían desarrollarse por especialistas enamorados de determinados dibujantes, que nos acerquen a su mundo.
Hay países en donde existe una verdadera adoración por sus dibujantes (¿Quién olvida la reciente “movida” alrededor de Tintín y Hergé su autor, que publicó la primera aventura en 1929?), incluso a veces hasta la exageración, lo que contrasta con lo que en ocasiones ha sucedido aquí, en donde se ha llegado a someter a una verdadera humillación a muchos de nuestros extraordinarios autores. Con frecuencia se han ignorado los clásicos españoles, para los que hace falta un reconocimiento público. A pesar de todo, también se han hecho cosas en nuestro país a favor de lo nuestro, pero especialmente gracias a la ayuda privada. Por fortuna se nota un renacimiento del interés por el tebeo propio, en el que se han involucrado bastantes medios de comunicación, que están tratando con mucho cariño el tema de nuestra historieta. De cuando en cuando encontramos gentes, dentro de la Administración, que se avergüenzan de haber leído tebeos. Se habla de un país, que no es España, en donde existe un museo con una sala dedicada al cómic como arte; es muy difícil pensar en algo así, dentro de nuestras fronteras.
Hay quien piensa, que como lector ha descubierto que es interminable el universo del cómic, pero se queda con las ganas de llegar a todo por que los tebeos son caros, por lo que tiene que elegir entre leer menos o arruinarse. El tebeo ha perdido su carácter popular pero no es caro; todo depende del interés que tengas en uno o en determinados de ellos; hay tebeos que valen veinte y otros uno, pero no deben ser leídos en términos monetarios: Lo de caro dependerá de los que saques a cuenta. La historieta está ahí y su precio bajará en la medida que suba la tirada. Hay padres que no animan a sus hijos a comprar cómics y eso no ayuda. Muchos jóvenes acuden la tienda especializada; por fortuna son bastantes los que dicen y piensan que en donde hoy hay un tebeo, mañana habrá un libro.
4 comentarios:
Falto yo en la relación de ponentes.
¿Siii? al menos dime quien eres
colega ...
Un abrazo
Ché
Yo sí que falto :) (y el anterior asumo que es Refa Marín, que tampoco está)
Perdón, Rafa, no Refa, evidentemente.
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