Son muchos los que pensaron que entre todo lo realizado por Paco Roca, con “Arrugas” habría un antes y un después, pero da la impresión de que no ha sido así pues los premios concedidos a Paco han continuado siendo el último el llamado “Zona Cómic” que las librerías especializadas integradas en Cegal”, le han otorgado por su trabajo titulado “Los surcos del azar”, un tebeo que a través de los recuerdos de Miguel Ruiz, un excombatiente de la Guerra Civil Española, reconstruye la historia de La Nueve una compañía compuesta en su mayoría por exiliados españoles integrada en la segunda división blindada del general Leclerc, que fue la primera que entró en París la noche del 24 de agosto de 1944 después de la ocupación nazi.
Para asistir a la entrega el sábado 22 del pasado febrero, un grupo de personas vinculadas al mundo del tebeo, acudimos a la librería especializada “Imágenes” de Valencia a donde también acudió –aparte de Paco Roca-, el librero Vicente Cuenca y el editor de Astiberri Javier Zalbidegoitia que dijo que Paco se había caracterizado por dar vida a obras como “Arrugas” pero también a otras muchas aunque en distintos estilos y siempre con un toque de humor. El proceso de la puesta en escena del último cómic fue para él algo revelador en el que fue entrando paso a paso, peldaño a peldaño con los que se iba emocionando a medida que iba recibiendo los nuevos capítulos. El primer conmovido por la historia fue él y como editor pensó que la obra, una vez acabada, también iba a gustar al público en general, lo que fue corroborado por la práctica con una primera tirada de 10.000 ejemplares que se agotaron en un mes, por lo que hubo que suplementarla con una nueva tirada de 5.000, a la que se ha agregado una última de 7.000 lo que le convierte en un éxito similar al de “Arrugas”. Paco no tiene claro que obra puede o no puede funcionar, eso, según él, quien mejor debe saberlo es el editor que es quien lleva los trabajos a imprenta. Piensa que es muy importante tener detrás a un editor en quien confiar sobre todo si tienes la impresión de que has perdido el rumbo; y es entonces cuando entiendes que es importante tener a alguien que ve lo tuyo y te aconseja y anima ante tu inseguridad; a alguien que te sirva de frontón a donde mandar una idea que te vuelva rebotada en la forma que tú esperas; para un autor es fundamental esta forma de trabajar.
Paco Roca estuvo en París con dos excombatientes que dieron una charla sobre lo que fue La Nueve y la emoción que sintieron sus componentes, que no eran franceses, por haber acompañado a los generales De Gaulle y Leclerq, algo casi desconocido en el exilio francés y entre los combatientes del norte de África. Para dar vida a este relato Paco tuvo que documentarse a fondo gracias a lo cual convirtió la historia en un documental que facilitó el intercambio de ideas con un editor que siempre busca publicar cosas que se vendan bien porque interesan al público.
A la hora de documentarse Paco Roca contactó con el americano Robert Coale al que habló del tema de La Nueve. Coale no tenía mucha idea de lo que era el mundo del cómic y de lo que suponía esta forma de comunicación. Paco hizo las primeras páginas que le fue enviando hasta conseguir que poco a poco este colaborador terminara por entender que el cómic era lo suficientemente importante para contar cosas. Al final veía que éste en su condición de historiador, se alargaba y le aconsejaba demasiados cambios convirtiendo su trabajo en un sufrimiento, que en un momento dado hubo que cortar. Finalmente quedaron en que el punto importante de la historia fue la entrada de las tropas en París en la que estaban interesadas muchas partes, que tuvieron que aceptar que los primero en entrar fueron los de La Nueve y además sin pegar un solo tiro, a excepción del fuego amigo ya que por error se disparó al Ayuntamiento de París desde un tanque. La entrada en la capital de Francia no fue representada dentro de un clima especial, si no de tal forma para que el lector pensara, que por debajo de aquello, mas que una realidad lo que había era un documental, un ensayo.
La ayuda de Juan Rey, especialista en guerra y en particular en el tema de La Nueve, fue primordial porque le asesoró sobre la realidad de una guerra que Paco veía como si fueran episodios de hazañas bélicas, que de haberlos llevado a cabo, no hubiesen sido aceptados por un combatiente real.
Tal como pasó con “Arrugas”, Paco ha estado recibiendo mensajes de gente que cuenta cosas que ocurrieron a su familia en la Guerra Civil Española; alguno de ellos lo han hecho por primera vez porque no querían remover el pasado. Todo ello le lleva a pensar que su obra ha contactado con un público particular parte del cual ni siquiera lee tebeos; gente ajena al mundo del cómic pero interesada en determinados temas, gracias a la cual la obra no ha sido una ruina.
En cada nueva edición, gracias a las observaciones de esta gente particular, se han corregido errores. Los expertos militares señalaron en que cosas se había metido la pata; los tipos de aviones, ametralladoras, tanques, vestimenta etc. y en que sitios estuvieron o no estuvieron presentes en la contienda. En la tercera edición un lector habló de la entrada en París, en donde los parisinos esperaban la llegada de tropas francesas, pero fueron otros los que entraron primero.
Al final se procedió a la entrega a Paco Roca del premio II Zona Cómic, concedido por las librerías especializadas al mejor cómic publicado en España en 2013. El encargado de entregarlo fue del librero Vicente Cuenca vinculado a “Imágenes”, que dijo, entre otras cosas, que la obra de Paco Roca es importante porque conecta muy bien con todo el público.
Después de dar las gracias, Paco se dedicó a firmar ejemplares de su obra a las que agregó el correspondiente dibujo.
José María Varona.
Foto: Carlos Ciurana.
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