Por J. M. Varona “Ché”
En el año 1992 la Editorial Prensa Valenciana, S.A., puso en escena una obra que titularon ”Historia del tebeo valenciano” y que se publicó en fascículos en el diario local “Levante”, la cual, aún hoy en día, es un referente para todos aquellos estudiosos y aficionados, interesados en todo lo relacionado con el llamado noveno arte valenciano.
Entre los expertos que contribuyeron a que aquella obra fuera una realidad, estaba el ensayista Pedro Porcel el cual llegó a la conclusión de que había tocado materia suficiente como para editar un gran libro sobre el tema. Todo fue un “pensat i fet”, se puso manos a la obra y pasado el tiempo consiguió que viera la luz todo un tratado -de 492 páginas-, muy completo, sobre tebeos que tituló “Clásicos en Jauja: La Historia del tebeo valenciano” el cual fue muy bien acogido en todos los niveles, hasta el extremo de serle concedido el premio internacional Romano Calisi al mejor estudio teórico. En este primer volumen se hace un recorrido cronológico sobre los orígenes de nuestro tebeo empezando por las AUCAS y los romances de ciego, pasando luego por las revistas de los años 30 para llegar más tarde a los cuadernos de aventuras que editaba en especial, allá por los años 40, la Editorial Valenciana, en los cuales se narraban las hazañas y correrías de Roberto Alcázar y Pedrín, El Guerrero del Antifaz, Purk el hombre de piedra, El Espadachín Enmascarado, El Justiciero Negro y otros. Siguen más tarde con lo acontecido en los 50, para hablar a posteriori de los fructíferos años 60 con series tales como Piel de Lobo, Tony y Anita, Pequeño Pantera Negra y Huracán entre otros, y de las revistas Jaimito, Pumby y Mariló, de las colaboraciones de Gago, los Vañó, González Igual, Grau, Quesada, Marcet, Ortiz, López Blanco, Lanzón, Ambrós, Brocal Remohi, Bermejo, González Alacreu, Sánchis, Rojas de la Cámara, Cerdán, Carbó, Grema, Edgar, Karpa, Nin, Serafín, Soriano Izquierdo, Liceras, Palop, Macias y un largo etc., que no solo se conformaron en colaborar con las editoriales españolas si no que también lo hicieron para las extranjeras. El libro habla igualmente de los problemas laborales de los profesionales, sin contratos –y cuando éstos existían, en condiciones leoninas- ni prestaciones sociales y sin reconocimiento a sus derechos de autor ni a la propiedad de sus obras originales. Se hace referencia también, al nivel de explotación al que se sometía al profesional y al endiablado ritmo de trabajo en el que éste estaba inmerso (lo que influía de forma negativa en la salud y en la vida familiar de todos ellos) y a la censura. A pesar de todo ello, estos artistas produjeron obras maestras y espléndidas que dieron tal lustre a la profesión hasta el extremo de dar por hecho la existencia de una Escuela Valenciana del Tebeo sin más rival que la llamada Escuela Catalana.
Dado que este primer tomo tenía como finalidad contar la historia del tebeo valenciano hasta 1965, desde el primer momento se pensó en la necesidad de lanzar una segunda parte que hablara del tebeo de esta tierra hasta prácticamente (2006) nuestros días. Por fortuna, una segunda obra de 324 páginas titulada “Viñetas a la luna de Valencia: La Historia del tebeo valenciano” es ya una realidad gracias a la labor del mismo Pedro Porcel, pero compartiendo autoría esta vez, con los especialistas Álvaro Pons y Vicente Sorní. La portada es del dibujante Micharmut y está editado por Edicions de Ponent. El libro será presentado oficialmente en los próximos días en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona, considerado el marco adecuado, dado que en el presente año, la Comunidad invitada por el citado Salón ha sido la valenciana, la cual situará en escena una magna exposición que podrá visitarse en dicho Salón. A posteriori la obra citada, se volverá a presentar en la Feria del Libro de Valencia
En este segundo ejemplar se parte del 65 para llegar al 75 que son considerados años de dispersión, luego se sigue con el resto de esos 70 y principio de los 80 en los que tuvieron lugar los Salones del Cómic de Valencia y también -más tarde-, el cierre de las editoriales y con ello la hecatombe, que terminó por dejar a un gran número de profesionales sin trabajo, situación que llevó a muchos –a ellos o a sus trabajos- a tener que salir fuera de nuestras fronteras para así poder subsistir, en especial, a los Estados Unidos y Europa principalmente al Reino Unido, Italia, Francia y Suecia.
Asimismo, los autores hacen referencia a la década del fanzine y del pase de éste a la profesionalidad y de la necesidad de su vuelta como ente dinamizador; del boom de los cómics para adultos, todavía dentro de esos años 80 que dieron cabida igualmente, a aquel periodo en el que se hizo la luz gracias a aquella generación de jóvenes que se integró en la que ha dado en llamar –según el sentir de algunos críticos - la Nueva Escuela Valenciana, que se articuló alrededor de ilustradores como Sento, Calatayud, Micharmut, Mique Beltrán, Torres, Gimeno y otros que de alguna forma renovaron –con sus obras originales- el concepto del tebeo que se tenía hasta ese momento. Se termina hablando de las nuevas formas de entender la edición, del nuevo exilio de los autores valencianos, de lo que se está produciendo hasta nuestros días y de lo que tendrán que ser los tebeos de esta tierra en el siglo XXI, con los Sergio Bleda, Víctor Santos, Paco Roca, Jordi Bayarri, Josep de Haro, Rafa Fonteriz, Sergio Cçórdoba y otros muchos.
Este segundo tomo cierra el ciclo que se inició en el primero; en ambos ha quedado reflejado un estudio riguroso y exhaustivo de lo que ha sido y todavía es, el tebeo valenciano (a pesar de la crisis de la industria), lo que convierte a la obra en su conjunto, en una herramienta de obligada consulta para todos aquellos que quieran conocer más a fondo la historia del tebeo valenciano.
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