Una de las facetas mas potentes e importantes del cómic es su indiscutible poder como medio de información y comunicación. No en balde, y debido probablemente su inmediatez, ha sido utilizado (Y sigue siendolo) por gobiernos de cualquier signo, empresas y dictaduras para la divulgación de sus doctrinas y mensajes.
El caso que nos ocupa se utiliza con el propósito de informar y denunciar una situación que en este país ha llegado a extremos verdaderamente alarmantes, con un debate abierto entre la ciudadanía.
Ana María es madre de familia y empresaria desde que en 2002 montara una pequeña tienda de informática, llamada Traxtore. Un buen día la SGAE le hizo una auditoría y le reclama 66.000 euros por ventas realizadas durante los años 2002 y 2003, antes de que se firmara el célebre acuerdo entre SGAE y ASIMELEC. La historia de Traxtore es tan rocambolesca que se creó una pagina web en donde se explican con pelos y señales todo lo acaecido (Incluyendo documentación y transcripción de llamadas telefónicas) , y que podéis consultar aquí..
Pero la noticia para nosotros es la inclusión en esa web de un cómic que revela cuánto recauda la SGAE por cada acto o paso que das durante el día. Basado en una historia real, la historia de Traxtore y el suplicio del canon. Y en donde se revela la potencia de este medio y se arrojan argumentos para continuar el debate. Podéis ver esta historieta aquí.
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