Por Sergio Bleda
Fotos. Ana López
No era el primer año que me invitaban a las jornadas de Unicomic (ya lo hicieron en el 98), por tanto este salón significó para mí, sobre todo, reencontrarme con viejos amigos y, claro está, hacer algunos nuevos.
Evidentemente esta crónica, como todas las que realizo, no deja de ser una pequeña reflexión sobre mis impresiones personales. Soy demasiado viejo para cambiar.
Son tantos los actos, proyecciones, sesiones de firmas... los que consiguen mover esta gente de UNICOMIC que habría sido imposible estar en todos. ->Leer todo el articulo
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